¿Alguna vez has tenido la sensación de que, sin importar lo que hagas, siempre vuelves al mismo punto? Puedes lograr avances temporales, pero luego te encuentras de nuevo en la misma situación, enfrentando los mismos problemas.
Este ciclo repetitivo de frustración es muy común y puede deberse a una combinación de patrones de comportamiento, creencias limitantes, y la incapacidad para identificar la raíz del problema.
En este artículo, exploraremos cómo puedes identificar esos ciclos repetitivos y aprender a romperlos para poder avanzar de manera sostenida.
1. Identificando patrones repetitivos
Uno de los primeros pasos para romper un ciclo repetitivo es reconocer los patrones que lo alimentan. Estos patrones pueden estar relacionados con comportamientos, pensamientos o emociones que repites sin darte cuenta.
Por ejemplo, puedes estar eligiendo relaciones que no te aportan lo que necesitas, o tal vez, te saboteas cada vez que estás a punto de lograr algo importante.
En la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), se habla de los esquemas o patrones disfuncionales que las personas repiten a lo largo del tiempo.
Estos esquemas suelen estar formados en la infancia y determinan cómo reaccionamos ante ciertas situaciones. Identificar estos patrones es clave para romper el ciclo y cambiar tu manera de actuar.
¿Cómo empezar a cambiarlo?
Lleva un registro de tus pensamientos y emociones cada vez que sientas que estás repitiendo el mismo error. Esto te permitirá detectar qué situaciones desencadenan los patrones y cómo puedes intervenir para detenerlos.
2. Creencias limitantes: ¿Qué te está frenando?
Las creencias limitantes son otro factor clave que te mantiene atrapado/a en un ciclo repetitivo. Estas creencias son pensamientos profundos que has aceptado como verdades, pero que en realidad limitan tu capacidad para cambiar. Por ejemplo, si crees que "nunca seré lo suficientemente bueno/a", puedes sabotear tus oportunidades para demostrar lo contrario.
Un estudio clásico sobre la profecía autocumplida, llevado a cabo por los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson (1968), mostró cómo nuestras expectativas pueden influir en nuestro comportamiento de tal manera que terminamos haciendo realidad lo que creemos.
En su estudio, los profesores a los que se les hizo creer que ciertos estudiantes (elegidos al azar) tenían un alto potencial académico, comenzaron a tratarlos de manera que favorecía su rendimiento, lo que finalmente hizo que esos estudiantes mejoraran sus resultados.
Este fenómeno, conocido como el efecto Pigmalión, demuestra cómo nuestras creencias —tanto positivas como negativas— pueden influir en el resultado de nuestras acciones.
De la misma manera, si piensas que fracasarás, es probable que, de manera inconsciente, actúes de manera que confirme esa creencia, garantizando el fracaso.
Las creencias limitantes, como "nunca seré lo suficientemente bueno/a", tienden a perpetuar un ciclo que te impide avanzar.
¿Cómo empezar a cambiarlo?
Identifica tus creencias limitantes y cuestiona su validez. Pregúntate: "¿Qué evidencia tengo para apoyar esta creencia? ¿Es realmente cierta?".
Cuestionar estas creencias puede ayudarte a liberarte de ellas y abrir nuevas posibilidades para actuar de manera diferente y obtener resultados distintos.
3. La zona de confort: El enemigo silencioso del cambio
Otro motivo por el cual las personas quedan atrapadas en ciclos repetitivos es porque no se sienten cómodas saliendo de su zona de confort.
Aunque el ciclo en el que te encuentras puede ser frustrante, es familiar. Y lo familiar, por muy incómodo que sea, puede parecer más seguro que lo desconocido.
Un buen ejemplo es el del aventurero y alpinista Sir Edmund Hillary, quien, junto con Tenzing Norgay, fue la primera persona en alcanzar la cumbre del Monte Everest en 1953. A pesar de los enormes desafíos y los riesgos que enfrentaron, Hillary y Norgay decidieron salir de su zona de confort para alcanzar una meta que parecía imposible.
Su valentía y determinación fueron clave para superar los obstáculos, y hoy en día su logro sigue siendo un símbolo de lo que podemos conseguir cuando nos atrevemos a ir más allá de lo familiar.
¿Cómo empezar a cambiarlo?
Empieza con pequeños pasos fuera de tu zona de confort. No necesitas hacer cambios drásticos de inmediato. Prueba hacer algo diferente cada día, algo que te incomode un poco pero que esté alineado con lo que realmente quieres lograr.
4. Cambiar la mentalidad: El papel de la mentalidad de crecimiento
La mentalidad de crecimiento, un concepto desarrollado por la psicóloga Carol Dweck, es clave para romper los ciclos repetitivos.
Esta mentalidad implica creer que puedes mejorar y cambiar a través del esfuerzo, la práctica y el aprendizaje. Si te aferras a una mentalidad fija, creerás que tus habilidades y tu situación no pueden cambiar, lo que refuerza el ciclo de frustración.
En un estudio sobre estudiantes, Dweck demostró que aquellos con una mentalidad de crecimiento, que creían que podían mejorar sus habilidades a través del esfuerzo, tuvieron mejores resultados académicos que aquellos con una mentalidad fija. La creencia en su capacidad para cambiar fue un factor crucial para su éxito.
¿Cómo empezar a cambiarlo?
Adopta una mentalidad de crecimiento. Cada vez que te enfrentes a un desafío o a un fracaso, pregúntate: "¿Qué puedo aprender de esta situación? ¿Cómo puedo mejorar?". Este simple cambio de enfoque te permitirá ver los obstáculos como oportunidades de crecimiento, en lugar de señales de fracaso.
Conclusión
Romper los ciclos repetitivos de frustración no es fácil, pero es posible. Al identificar los patrones disfuncionales, cuestionar tus creencias limitantes, salir de tu zona de confort y adoptar una mentalidad de crecimiento, puedes empezar a cambiar tu vida de manera sostenida y significativa.
Si te sientes atrapado/a en un ciclo repetitivo y no sabes cómo avanzar, tengo dos caminos para acompañarte:
Brújula Interior: Una sesión personalizada para ayudarte a identificar los patrones que te están bloqueando y crear un plan de acción para superarlos.
Terapia personalizada: Un acompañamiento continuo para profundizar en tus patrones de comportamiento y ayudarte a avanzar hacia una vida más plena.
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Bibliografía:
Dweck, C. S. (2006). Mindset: The new psychology of success. Random House.
Beck, A. T. (1979). Terapia cognitiva de la depresión. Desclée de Brouwer.
Hillary, E. (1955). High Adventure: The True Story of the First Ascent of Everest. Oxford University Press.
Merton, R. K. (1948). The self-fulfilling prophecy. Antioch Review.
Rosenthal, R., & Jacobson, L. (1968). Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and pupils' intellectual development. Holt, Rinehart & Winston.
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