Sentir que estás constantemente tomando decisiones sin tener claro si son las correctas puede ser agotador. Sin una brújula interna que te guíe, es fácil sentir que estás perdiendo el rumbo.
La claridad es lo que te permite tomar decisiones alineadas con lo que de verdad te importa, y es una herramienta clave para vivir una vida más plena y auténtica.
Según Steven Hayes, fundador de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la claridad viene de identificar y actuar en función de tus valores, esos principios fundamentales que te guían en la vida.
En este artículo te contaré cómo puedes obtener esa claridad y empezar a tomar decisiones que realmente te acerquen a lo que deseas.
1. La claridad viene de tus valores, no de tus emociones momentáneas
Una de las claves es que nuestras emociones NO siempre nos guían hacia las mejores decisiones.
Las emociones son pasajeras y pueden nublar el juicio, mientras que los valores son estables y sirven como una brújula interna para tomar decisiones alineadas con lo que realmente importa.
¿Cómo empezar a obtener claridad?
Un ejercicio poderoso es el del "día de tu entierro". Imagina que estás en tu propio funeral, y tus seres queridos están hablando sobre ti. ¿Qué te gustaría que dijeran?
¿Cómo te recordarán?
Este ejercicio te ayudará a identificar tus valores más profundos y te guiará a tomar decisiones alineadas con ellos.
Reflexiona sobre las cualidades que te gustaría que destacaran y las acciones por las que querrías ser recordado/a.
2. No todas las decisiones son urgentes: Tómate tiempo para escuchar
El psiquiatra y neurólogo Viktor Frankl, en su obra "El hombre en busca de sentido", destaca la importancia de la pausa entre el estímulo y la respuesta. Y es que aquí radica la diferencia entre reaccionar y responder.
Cuando reaccionamos, lo hacemos desde el cerebro emocional (sistema límbico), que actúa de manera rápida e impulsiva. Esto puede llevarnos a decisiones de las que luego nos arrepentimos.
Sin embargo, responder implica activar el cerebro racional, que procesa la información de manera más lenta y reflexiva.
Para tomar decisiones conscientes y alineadas con nuestros valores, es crucial dar tiempo a que el cerebro racional entre en acción, calmando primero el sistema emocional.
¿Cómo dejar de reaccionar al entorno y empezar a responder?
Antes de tomar una decisión importante, es esencial darle tiempo a tu cerebro racional para responder.
Una técnica eficaz es dedicar unos minutos a la respiración consciente o mindfulness, lo que te permitirá calmar las emociones inmediatas y sintonizarte con tus pensamientos más claros y reflexivos.
Esto te dará la perspectiva que necesitas para tomar decisiones más alineadas con lo que de verdad te importa.
3. Desafía tus creencias limitantes
Las creencias limitantes pueden nublar tu visión y hacer que tomes decisiones basadas en el miedo o la duda.
En la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), estas creencias son identificadas como pensamientos automáticos negativos que distorsionan la realidad, impidiéndote ver las cosas con claridad.
Aaron Beck, fundador de la TCC, desarrolló el cuestionamiento socrático como una herramienta para desafiar estos pensamientos distorsionados.
Esta técnica consiste en hacer preguntas que te ayuden a reconsiderar la validez de tus creencias y ver las situaciones desde una perspectiva más objetiva.
¿Por dónde empiezo a desafiar mis creencias limitantes?
Utiliza el cuestionamiento socrático para analizar tus pensamientos limitantes.
Pregúntate: "¿Qué evidencia tengo para apoyar esta creencia?", "¿Es posible que esté interpretando la situación de manera incorrecta?" o "¿Qué otra explicación más equilibrada podría haber?".
Estas preguntas te ayudarán a romper con las creencias limitantes y a ver las opciones disponibles con mayor claridad.
4. Aprende a identificar lo que está en tu control
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) pone mucho énfasis en la aceptación de lo que no está bajo nuestro control y en centrarse en lo que sí podemos cambiar.
Steven Hayes, creador de la ACT, enseña que gran parte de la frustración y ansiedad provienen de intentar controlar lo que está fuera de nuestro alcance. El verdadero poder viene de identificar lo que está en tu control y centrarte en esas acciones.
¿Cómo saber lo que está o no está dentro de mi control?
Dibuja dos círculos en una hoja de papel (uno dentro del otro). En el círculo de dentro, escribe todo lo que está bajo tu control respecto a una situación actual (tus decisiones, tus acciones, tu actitud).
En el círculo de fuera escribe lo que no puedes controlar (las reacciones de otros, las circunstancias externas).
Este simple ejercicio te ayudará a centrarte en lo que puedes cambiar y te dará claridad sobre cómo actuar.
5. La claridad no siempre implica certeza, pero sí compromiso
La ACT nos recuerda que tener claridad no significa que siempre sabrás con certeza qué pasará, pero sí que estarás comprometido/a con tus valores, independientemente del resultado.
Russ Harris lo explica muy bien en su libro "La trampa de la felicidad": el compromiso con nuestros valores nos da la guía que necesitamos para tomar decisiones, incluso cuando el futuro es incierto.
¿Cómo usar los valores para tener claridad?
Cada vez que enfrentes una decisión difícil, en lugar de buscar garantías de éxito, pregúntate: “¿Esta decisión está alineada con mis valores?”.
Si la respuesta es sí, da el paso, incluso si el resultado es incierto. Como dice Harris, "la claridad sobre lo que es importante te guía cuando el camino es incierto".
Conclusión
Obtener claridad no es un proceso instantáneo, pero es una herramienta poderosa que te permite tomar decisiones alineadas con lo que de verdad te importa. A través de ejercicios como la clarificación de valores, el mindfulness y el cuestionamiento de creencias limitantes, puedes empezar a ganar la perspectiva que necesitas para vivir con mayor propósito.
Si sientes que necesitas apoyo en este proceso, te ofrezco dos caminos:
Brújula Interior: Una sesión personalizada para ayudarte a obtener claridad y darte las herramientas necesarias para que sigas tu camino con independencia.
Terapia personalizada: Un acompañamiento constante para explorar más a fondo lo que te bloquea y ayudarte a tomar decisiones alineadas de forma progresiva.
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Bibliografía:
Beck, A. T. (1979). Terapia cognitiva de la depresión. Desclée de Brouwer.(Título original: Cognitive Therapy of Depression)
Frankl, V. E. (2015). El hombre en busca de sentido. Herder Editorial.(Título original: Man's Search for Meaning)
Harris, R. (2013). La trampa de la felicidad: Cómo dejar de luchar y empezar a vivir. Editorial Oniro.(Título original: The Happiness Trap)
Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (1999). Acceptance and commitment therapy: An experiential approach to behavior change. Guilford Press. (Solo disponible en inglés)
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