De todas las cuestiones relacionadas con la #crianza, el tema de #alimentación es de los que más preocupa a los padres. Las estadísticas en materia de salud pública establecen que la mala alimentación es responsable de 11 millones de muertes al año en el mundo, ósea 1 de cada 5 personas. Comer mal mata a más personas que el tabaco.
Además del impacto que tiene a largo plazo en prevención de enfermedades, la buena alimentación se relaciona también con el #bienestar psicológico y el aprovechamiento de nuestras capacidades físicas y emocionales. Estoy segura de que muchos habréis experimentado la sensación de agotamiento u os habéis sentido emocionalmente decaídos tras una etapa en la que habéis comido peor.
La mejor manera de actuar sobre este problema cuyo coste económico y humano es enorme es la #educación (como pasa con casi todo). Los que me habéis leído en otras ocasiones ya sabéis que mi enfoque como madre y como profesional es la #crianzarespetuosa. Este estilo de crianza está basado en el respeto y la atención al niño teniendo en cuenta sus necesidades.
La crianza respetuosa tiene mucho que decir en materia de alimentación por eso en este post os quiero dar 6 #consejos que os ayudaran a guiar la alimentación de vuestros hijos para conseguir que aprendan a comer bien para mantener su #salud física y psicológica.
1. Ofrecer alimentos de calidad
La Regla de Oro de la Crianza Respetuosa es darle al niño lo que necesita, algunas veces será lo mismo y otras no. A la hora de elegir alimentos suele ser muy común que los niños alimentos con alto contenido en #azúcar o #ultraprocesados como chucherías, galletas o patatas fritas frente a otros más saludables como frutas o verduras.
Los detractores de este tipo de crianza creen que respetar al niño consiste en dejarle hacer, más o menos, lo que le da la gana. Bien, pues este es un claro ejemplo de que no es así: respetar las necesidades nutricionales del niño implica ofrecer comida de calidad y evitar, en la medida de lo posible que coma alimentos hipercalóricos o super azucarados con ningún valor nutritivo.
Una fórmula que a nosotros nos ha ayudado mucho en casa, es comprar comida que haya sufrido pocos o ningún cambio desde su forma original, ósea, poco o nada procesada: que la carne sea carne (no carne picada con aditivos o salchichas), que el pescado sea pescado (no surimi, ni nuggets de pescado en forma de dinosaurio), que la fruta sea fruta (no zumos de bote), que la verdura sea verdura (no cuatro granos de maíz en una mezcla de arroz tres delicias congelada)…. , vaya, Comida de Verdad o #RealFood que es así como se llama este movimiento que pretende poner la comida real al alcance de todo el mundo y dar a conocer el engaño detrás de las #etiquetas que quieren vender alimentos procesados como sanos poniendo como "bajo en sal" o "alto contenido en calcio".
Recientemente he descubierto a través de @realfooding perfil de #carlosrios que os recomiendo si queréis estar informados de una manera divertida, que existen los #buenosprocesados, es decir alimentos que han sido sometidos a algún proceso que no empeora demasiado sus características nutricionales (frutas y verduras congeladas, legumbres de bote, yogures sin azúcar....)
Si tenéis dudas sobre alimentación os recomiendo que consultéis con un profesional en nutrición que os ayude a elegir bien a la hora de comprar, preparar y combinar los alimentos.
2. Dar y ser ejemplo
Ayyy que difícil es esta parte. Yo cuando recibo un meme de madres que se esconden para comer guarrerías me siento tan identificada.... Me acuerdo de cuando comía patatas con mis amigas mientras dábamos zanahorias con hummus a nuestras hijas pequeñas y les decíamos que las patatas picaban y colaba, pero yo no cuela, saben que no pican y saben que están ricas.
Lo que nosotros comemos al final, es la comida que está disponible en casa y no sirve de mucho que yo les diga que es más #sano comer con agua y que todos los días me vean comer con Coca-Cola. Los niños hacen lo que hacemos nosotros, no lo que les decimos que hagan. Es mucho más probable que coman bien si nos ven comer bien a nosotros. Como siempre os digo, somos modelo de conducta: nostros hacemos y ellos observan, aprenden y repiten.
3. Comer juntos
Siempre que podáis comed en #familia, de esta forma los niños tendrán la oportunidad de observar lo que queremos que aprendan. A la hora de comer se aprenden más cosas que sólo comer, se aprende cómo comer: la manera correcta de sentarse, de sujetar los cubiertos, de limpiarse... Se aprende mucho #autocontrol ya que el niño tiene que luchar contra esas ganas de hacer otra cosa o de levantarse para permanecer en la mesa hasta que esté satisfecho.
Lógicamente, que el niño se siente en a la mesa y coma lo que corresponde sin protestar, haciendo buen uso de los cubiertos, nos cuente cómo le ha ido el día espere a que todos hayamos terminado para levantarse es el objetivo final, la meta lejana que requiere de un larguísimo proceso y un buen número de repeticiones.
Los primeros años, hay que conformarse con la #autonomía, que coman solos, aunque sea con las manos, aunque se pasen las lentejas por el pelo, aunque se les caiga el 50% o 100% de lo que hay en el plato. Poco a poco iremos refinando a esos mini vikingos que comen el pollo sujetando el muslo con la mano. Esto se irá puliendo a base de observar, repetir y, como mucho decir, no a base de castigar ni de regañar.
3. Pantallas Cero
Ya se lo que me vais a decir, que vuestros hijos comen "mejor" si les ponéis a Mickey mientras disimuladamente les metéis el puré en la boca, así como quien no quiere la cosa.... No os voy a decir que eso sea mentira, es práctico y es verdad que comen más. Lo que no tengo tan claro es que de verdad coman mejor:
Desde mi punto de vista comer bien es: comer solo, comer alimentos de calidad y variados, ver la comida, sentir las diferentes texturas, acostumbrar al paladar a sabores, disfrutar del proceso, aprovechar para charlar con las personas que comparten mi mesa, comer hasta saciar el apetito... pero no se puede hacer esto si el cerebro está "bloqueado" por otro estímulo mucho más absorbente. De hecho no se hace, si comen con el iPad digamos que sólo se alimentan pero no aprenden nada, ni siquiera se dan cuenta del mejor mecanismo que existe en el mundo para la prevención de la #obesidad: la sensación de #saciedad.
Cuando estamos distraídos con la tele comemos de más. El hambre es la forma más perfecta que existe para controlar lo que comemos, por eso hay que enseñar a los niños a identificarla y a parar de comer cuando ya no se siente hambre. Pero ojo, el hambre solo funciona para la comida de verdad, los alimentos con aditivos como el glutamato monosódico el azúcar añadido no responden a esta sensación, ya que alteran los mecanismos cerebrales de saciedad.
4. Comer hasta que se quite el Hambre
Una de las diferencias más importantes entre el estilo de crianza tradicional y la crianza respetuosa en alimentación es este punto: los niños no deben comerse todo lo que hay en el plato, deben comer la #cantidad de #alimento que necesiten.
Como dice #luciamipediatra "Vosotros ponéis la Calidad y Ellos la Cantidad"
A nadie le gusta tirar comida, pero seguro que a todos nos gusta menos que nuestro hijo desarrolle problemas de salud, por eso tirar algunos guisantes porque el niño se sirvió de más es un mal menor. Para evitar tirar demasiada comida tendremos que ir trabajando con nuestros hijos el #autocontrol y enseñarles a servirse cantidades moderadas aunque tengan mucha hambre y repetir si al terminar siguen teniendo apetito.
5. Comprar y Cocinar de Vez en Cuando con los Niños
Aunque puede ser un poco incómodo para nosotros, cuando los niños nos acompañan a comprar aprenden los criterios que utilizamos para #elegir la comida. También aprenden a hacer frente a tentación y a entender que algunos envases aunque tengan la cara de sus dibujos favoritos no son la mejor opción.
Les enseña a desenvolverse en el mundo y a hacer las cosas por sí mismos y es #divertido para ellos ya que pueden ayudar a pequeñas cosas como pesar la fruta poner la compra en la cinta de la caja.
Sabemos que el hacer a los niños partícipes del proceso de la preparación de la comida ya sea porque han ayudado a comprarla, porque la hayan recogido en un huerto o de un árbol o porque hay ayudado a cortar, remover, lavar.... favorece su predisposición a probarlos y tienen una mejor actitud ante la comida.
6. Hacer excepciones
Para comer bien la #clave es lo que tenemos en casa y lo que comemos todos los días, no lo que comemos en Navidad y en los cumpleaños. La vida está llena de celebraciones que implican comida y esta comida a veces no es la más sana del mundo. No pasa nada, comed turrón en Navidad, roscón, torrijas en semana santa y tarta en los cumpleaños.
Lo que hay que dejar de hacer es desayunar galletas todos los días, merendar zumos de brik y cenar pizza.
La salud se hace en el día a día, no en las ocasiones especiales. También es sano que los niños aprendan a ser flexibles, cómo y cuando es bueno hacer excepciones.
Ser demasiado extremista en alimentación (igual que ocurre con otras cuestiones como el uso de pantallas) puede afectar al ajuste social de tus hijos. Es verdad que es un precio que se puede pagar en alas de una salud perfecta, pero yo soy un poco más flexible en este aspecto y prefiero que mis hijos coman chuches en los cumples o el huevo kinder que les trae su abuela y sepan quien es Peppa Pig porque creo e tampoco es bueno, desde el punto de vista social, que sean tan radicales hacia lo que """todo el mundo""" hace.
Además, llevar el control demasiado lejos nos puede costar caro más adelante cuando ellos empiecen a decidir, si somos muy tajantes podemos provocar una rebeldía que de al traste con todos nuestros años de esfuerzo ofreciendo Kale y semillas de Chía en vez de galletas y chucherías.
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